Introducción a la herbolaria

sábado, 6 de agosto de 2011

El uso medicinal del apio.

El apio (apium graveolens) es una planta de la familia de las umbelíferas, a la que pertenecen plantas tan conocidas como el perejil o el hinojo. Es natural de Europa y extremo oriente, aparece como planta silvestre en muchos lugares húmedos y pantanosos.
Como hortaliza se cultiva en muchos lugares del mundo. Existen referencias de su utilización como planta medicinal en la china y en las culturas griegas y romana. La planta silvestre se parece bastante al perejil. Al igual que este, sus hojas son compuestas, muy divididas y muy aromáticas. Las flores aparecen en umbelas y son blanco-verdosas.
Las semillas se caracterizan por poseer 5 costillas que la recorren a lo largo. El apio cultivado presenta hojas mucho más anchas y con foliolos menos divididos.
El apio es unos de los diuréticos naturales que existen. Esta propiedad le viene conferida por su riqueza en aceites esenciales, especialmente abundantes en la semillas que contienen fundamentalmente limoneno y selineno, además que en la raíz tiene asparagina, un componente que aparece en abundancia en el esparrago, otro de los vegetales con gran capacidad para aliviar la retención de líquidos.
Estos mismos componentes, aunque en menos proporciones, también aparecen en las hojas. Así pues, si precisamos de una cura mas practicas, podemos optar por realizar una infusión con las semillas secas, en una proporción de 1,5 gr por taza y beber 2 0 3 tazas al día.
También podemos exprimir un par de tallos y hojas con el batidor y bebernos el jugo con zanahoria, el limón, o la manzana y siempre teniendo en cuenta que la proporción de esta planta al tener un sabor tan fuerte, debe ser de una cuarta parte con respecto al liquido total. Simplemente comiendo el apio, en combinación con otras verduras u hortalizas podemos comprobar cómo expulsamos mayor cantidad de orina que lo normal, de manera que con el tiempo iremos perdiendo peso.
Su aceite esencial tiene propiedades antibacterianas con lo que, al mismo tiempo, que aumentamos la micción, nos ayudara a combatir las infecciones de los riñones causadas por virus o bacterias. Además de eliminar el acido úrico, será muy útil consumir esta planta a personas con sobrepeso, pero también a enfermos de reumatismo, a los que tengan gotas, a los que tengan piedras en los riñones (cálculos renales) y de vesícula. Incluso puede ser muy útil para los enfermos de hígado, dado que al eliminar toxinas descargan este órgano que no tiene que realizar tanto trabajo para depurar la sangre.
El apio sin ser de las hortalizas más generosas en vitaminas, posee una buena dosis de vitamina B1, vitamina B2 y vitamina B6 que le otorgan propiedades sedantes, así como propiedades beneficiosas para la vista, el pelo y los huesos. De igual manera algunos componentes de su aceite esencial como la sedanolido y sedanona parecen atribuirle las mismas propiedades. Su contenido en vitamina C es relativamente bajo.
Sin embargo, dado que el apio es un alimento que contiene mucho oxalato, hay que evitar la ingestión en grandes cantidades en aquellas personas que presentan lesiones renales graves o aquellos que presentan inflamaciones en la vejiga. No resulta conveniente los preparados con apio durante el embarazo porque puede producir abortos.
Como hemos podido ver comer apio con cierta frecuencia nos ayuda a prevenir una gran cantidad de enfermedades como: el colesterol alto, la hipertensión, enfermedades cardiovasculares así como muchos problemas de circulación, la forma más fácil de conseguir estas propiedades es comer apio crudo en ensaladas. El apio además de resultar un alimento muy conveniente se ha venido utilizando como planta medicinal desde la antigüedad e incluida en muchas de las formulas de la herbolaria de la Medicina Tradicional China.

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